Cinco cartas Fraternales
Hace unos años había un cartero llamado Philips, que era muy tímido, aunque a la vez muy apuesto. Sus padres tenían poco dinero, pero Philips les daba casi todo lo que ganaba. Philips tenía un hermano que se perdió con cinco años y al que no habían vuelto a ver. Un día recibió un encargo especial, que resultó ser una carta para él, Philips nunca había recibido una carta y todas las que le daban eran para entregárselas a alguien. En el sobre decía que era para Philips, pero no ponía de quién era, sólo ponía la dirección de su casa. La carta decía así:

una compañera de trabajo.
22-10-06
Philips tenía mucha curiosidad por esa chica. Le mandó una carta para encontrarse con ella. Lo más extraño es que ella aceptó el encuentro, que se realizaría en el parque. Al día siguiente Philips fue el parque y no había nadie, solo un anciano que no paraba de mirarle y de preguntarle su nombre. El hombre se acercó a Philips y de repente se transformó en la chica que siempre estaba en la oficina de correos. Ella era esa muchacha y le explicó todo. Resultó ser que la chica era una sabia que se llamaba Marina y que venía del mundo de los sabios para ocuparse de la felicidad de Philips, y él le explico que Pedro era el hermano de Philips que se perdió y que nunca volvió. Philips de repente sintió algo por esa sabia y se enamoraron. A Philips, Marina le contó que eran cinco cartas y Philips consiguió leerlas. Philips consiguió volver con su hermano, sus padres consiguieron trabajo y eso es todo sobre mí.
Lucía y Carmen
Os corregí el texto para que lo subierais al blog, pero éste tiene faltas, así que hay que arreglarlo.
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